Previamente el gobernador de la región de Moscú, Andréi Vorobiov, informó de cinco muertos.
"Por desgracia, falleció un niño más", afirmó un funcionario del Ministerio de Salud.
La tormenta que azotó el 29 de mayo la parte central de Rusia, con vientos de más de 30 metros por segundo, causó al menos 16 muertos (diez en Moscú) y casi 200 heridos.
Según el Ministerio de Emergencias de Rusia, la tormenta dejó más de 17.000 árboles caídos en la capital rusa y provocó daños a 285 edificios y más de 2.100 coches.