"Hay un sensible aumento del interés debido a las personas que pretenden viajar durante la Copa; es curioso porque para muchos alumnos la competición es solo un pretexto para realizar un viaje que ya planeaban desde hace tiempo", señaló el profesor Paulo Roberto de Macedo-Soares, consejero cultural del Club de Cultura Rusa de São Paulo.
En su opinión, si la situación económica en Brasil mejora en los próximos meses, las matriculaciones en cursos de ruso pueden aumentar sensiblemente, por lo que este centro está considerando hacer promociones para incentivar a quienes quieran aprovechar el viaje a tierras eslavas para profundizar en el idioma.
"Me doy cuenta de que hay grupitos formándose para hacer ese viaje y hay dos tipos de personas: los amigos que quieren aprender ruso para aprovechar más la estancia y los que dicen 'no quiero saber nada', así que mi intención es montar un curso accesible, de dinero y plazo de tiempo, para satisfacer a esos perfiles", comentó Mikheeva, fundadora de Yu Idiomas.
Las escuelas de idiomas en Brasil también se preparan para el Día del Idioma Ruso, que se celebra el 6 de junio conmemorando el nacimiento del poeta, dramaturgo y novelista Aleksandr Pushkin, considerado el padre de la literatura rusa moderna.
En São Paulo el Club de Cultura Rusa organizará charlas y conferencias para acercar al público las decenas de autores rusos que están en el panteón mundial de las letras, ya que Rusia es muy prolífica en este aspecto, apuntó el profesor Macedo-Soares: "Su reconocimiento es absoluto y trasciende cualquier debate político".
"Además de eso, queremos afianzar la idea de que el idioma ruso también es una gran herramienta para la adquisición de conocimiento, ya que una inmensa cantidad de conocimiento científico y técnico está disponible sólo en ese idioma, además de ser hablado por más de 100 millones de personas en un territorio que cubre más de una sexta parte del globo terrestre", recordó el profesor de ese centro, que cada año da clases a más de 50 estudiantes.
Perfil de los interesados
El perfil del brasileño que quiere estudiar ruso es muy variado, aunque en la capital, por ejemplo, abundan los diplomáticos que descubren con pocos meses de antelación que deben mudarse a tierras eslavas y deciden hacer cursos intensivos, tal y como explica Mikheeva, quien resalta que son los alumnos que tienen más facilidad porque en su mayoría ya conocen otros idiomas.
Sin embargo, los miedos se pierden rápidamente, asegura Mikheeva, cuyos alumnos "ya salen de la primera clase diciendo algo en ruso", y añade: "Aunque sea una lengua completamente diferente del portugués, la melodía no es tan diferente del inglés y a los brasileños se les da bien imitar esos sonidos".
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Muchos de esos alumnos ingresan más tarde en el club de conversación Ruso-Brasileño, que organiza picnics y actividades culturales con apoyo de organizaciones como la Embajada de Rusia en Brasilia.