"Según las estimaciones de GRU (Dirección General de Inteligencia del Estado Mayor), y de otros servicios secretos, por ejemplo, de FSB (Servicio Federal de Seguridad), hay unas 4.000 personas llegadas de Rusia y unas 5.000 de las repúblicas de la ex Unión Soviética", dijo en la reunión con los oficiales de la Flota del Norte rusa que participaron en la misión antiterrorista en Siria.
"Cumpliendo su misión de combate protegieron directamente la seguridad de Rusia", dijo a los oficiales navales.
El presidente de Rusia, Vladímir Putin, llamó a preservar la integridad territorial de Siria que, según él, está amenazada por las discordias religiosas, así como evitar la injerencia foránea en sus asuntos internos.
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"Partimos de que Siria debe mantener su integridad territorial pero vemos que no todos piensan así", declaró Putin.
El líder ruso recordó que Siria ha sido tradicionalmente un Estado pluriconfesional y laico, "lo que siempre ha sido una garantía de su integridad territorial".
"Debemos hacerlo todo para evitar injerencia externa a la hora de resolver esta cuestión clave, la de salvaguardar la integridad territorial del país", subrayó.
Por lo que respecta a Rusia, afirmó, "no debe ni se propone inmiscuirse en los asuntos internos de Siria".
"Nuestro objetivo es estabilizar el poder legítimo y asestar un golpe decisivo contra el terrorismo internacional", enfatizó.
El presidente de Rusia expresó la esperanza de que el proceso político en Siria salga adelante en las negociaciones de Ginebra.
"Espero mucho que este proceso político que, de hecho, se puso por primera vez en la vía práctica (en Astaná), se desarrolle en las negociaciones celebradas hoy en Ginebra", dijo al destacar el éxito de las consultas en la capital kazaja.
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El grupo naval de combate formada por el crucero Petr Veliky, el portaviones Almirante Kuznetsov, buques antisubmarinos Severomorsk y Vice-Almirante Kulakov, acompañado por varias naves de apoyo, regresó a Rusia el 9 de febrero tras dos meses de operaciones en Siria junto con varios otros navíos de la Armada rusa.
Rusia empezó bombardeos aéreos en Siria a finales de septiembre de 2015, a petición de Damasco, para detener el avance de los grupos terroristas que se expandían pese a los ataques de EEUU y su coalición.
Siria vive desde marzo de 2011 un conflicto armado en el que las tropas gubernamentales se enfrentan a grupos armados de la oposición y organizaciones terroristas.
Según los datos de altos cargos de la ONU, entre 300.000 y 400.000 personas perdieron la vida en el conflicto.
