"El Ministerio ruso de Deporte declara con toda la responsabilidad que no hay programas estatales de apoyo a dopaje en el deporte y continuará la lucha contra el dopaje con cero tolerancia", dice un comunicado del ente.
Al mismo tiempo, el ministro ruso de Deporte, Pável Kolobkov, rechazó que en Rusia haya una conspiración estatal mencionada en la segunda parte del informe de Richard McLaren.
"El señor McLaren pronunció palabras "complot estatal", esa terminología es errónea", dijo.
Kolobkov señaló que las violaciones cometidas en el deporte se están investigando y recomendó a otros países seguir el ejemplo ruso.
El ministro se mostró contento porque McLaren tomó nota de los esfuerzos de Rusia para limpiar el deporte de dopaje.
"Subrayo que no hacemos todo eso bajo presión, nosotros mismos estamos interesados en que el deporte quede limpio", dijo.
La segunda parte del informe apuntó a la implicación de las autoridades rusas de Deporte, en particular del Ministerio de Deporte, la Agencia Rusa Antidopaje (Rusada) y el laboratorio antidopaje de Moscú, en el sistema para ocultar el dopaje.
Tanto el Ministerio ruso de Deporte como el Kremlin rechazaron tales acusaciones por "infundadas".
Tras el informe, toda la selección paralímpica de Rusia, así como los combinados nacionales olímpicos de halterofilia y atletismo (salvo una deportista, Darya Klishina, quien se entrena en EEUU) fueron suspendidos en los Juegos de Río de Janeiro 2016.
A finales de noviembre, el presidente ruso, Vladímir Putin, firmó una ley que establece responsabilidad penal por incitar a los deportistas al dopaje.