La primera ecoaldea —que tendrá una superficie de 6 hectáreas— estará situada en la frontera de las regiones de Moscú y Vladímir y tendrá 30 casas de tipos diferentes. Los turistas tendrán la posibilidad de pasar la noche en una yurta (vivienda utilizada por los nómadas en las estepas de Asia Central), un chum (casa tradicional de los pueblos de Siberia) o una casa de paja.
Los otros hoteles de la red serán construidos en las afueras de San Petersburgo, en Sochi y en Crimea.
Según comentó a Sputnik el director del proyecto, Viacheslav Shiriáev, el hotel no tiene análogos en Rusia, al mismo tiempo, los creadores no copiaron las ideas arquitectónicas o tecnológicas de sus colegas extranjeros. Por ejemplo, no habrá rutas asfaltadas o instalaciones subterráneas en el territorio de la ecoaldea rusa.
Además, los turistas podrán comprar un tour de diez días, durante los que tendrán la posibilidad de vivir en los árboles de las diferentes ciudades de Rusia, para “ver la belleza del país”.
Alojarse en una casa sobre un árbol costará unos 2.000 rublos (30 dólares) por noche, y en la sobre el agua, unos 3.000 rublos (45 dólares).