"Durante la inspección, un grupo de militares cumplirá tareas en distintas regiones a donde se trasladará en helicópteros Mi-8AMTSh Terminator, mientras que otro grupo se lanzará en paracaídas desde una altura de 800 metros", dice la nota.
Los militares, además, realizarán una marcha de 50 kilómetros hasta el lugar donde cumplirán las tareas asignadas, incluidas misiones de reconocimiento y búsqueda de escondites de explosivos en zona forestal.
En las misiones se utilizarán aviones no tripulados y dispositivos óptico-electrónicos para tareas de vigilancia y exploración.
La práctica de las inspecciones sorpresa en el Ejército ruso se retomó en 2012 tras unos veinte años de interrupción, poco después de que Serguéi Shoigú asumiera el cargo de ministro de Defensa.