Las restricciones son una respuesta al derribo de un bombardero ruso Su-24 por un caza turco en el espacio aéreo sirio, ataque que tuvo lugar el 24 de noviembre pasado y que el presidente de Rusia, Vladímir Putin, calificó como "golpe a traición".
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El veto agroalimentario ruso, efectivo a partir del 1 de enero de 2016, se aplicará, entre otros productos, a los cítricos, tomates, carne de pollo y pavo, cebolla, coliflor, brócoli, pepinos, uva, manzanas, pera, albaricoques, melocotones, ciruelas y fresas provenientes de Turquía.
Tampoco el titular de Desarrollo Económico, Alexéi Uliukáev, espera consecuencias graves a raíz del embargo: la subida de precios, según él, será a corto plazo y se medirá en décimas del por ciento.
A partir de este año, solo 53 empresas rusas podrán contratar a nacionales de Turquía. Se trata de compañías de la industria del automóvil, sector de construcción, producción de sanitarios, revestimientos para suelos, tubos y accesorios de polímeros.
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A raíz del ataque contra el Su-24, Rusia suspendió los vuelos chárter y las ventas de paquetes turísticos a Turquía. También restableció la exigencia de visado para nacionales del país otomano.