Según el rotativo, los terroristas planearon irrumpir en la Duma en horario de trabajo, momento en el cual había pudiera haber el máximo de diputados y funcionarios, donde habrían podido reunir en la sala central a todos y activar allí algunas bombas, sin embargo, descartaron el plan debido a que necesitarían material extra y sobre todo por la seguridad de un edificio tan bien protegido como el Parlamento.
"El teatro Bolshói le gustaba a Basaev (entonces líder de la insurgencia chechena) por la buena visión que ofrecía: los combatientes podrían observar el asalto, abrir fuego y estallar las bombas", publica el periódico ruso.
No obstante, descubrieron que los sótanos del Bolshói, bien comunicados, podían servir de ayuda a las fuerzas especiales para introducirse en el edificio y acabar con los terroristas.
Entre el 23 y el 26 de octubre un comando terrorista tomó como rehenes al público asistente al teatro Dubrovka, donde tenía lugar el musical Nord Ost.
La operación se saldó con 130 personas muertas, además de los terroristas implicados.