Según datos del Ministerio de Economía y Desarrollo, el incremento del PIB de Rusia en julio fue de un 0,1 por ciento, tras una reducción del 0,1 en junio.
Oreshkin destacó que esta dinámica estabilizadora del PIB a mitad de año es una consecuencia directa del fin del período de adaptación a los bajos precios del crudo al nivel de los 50-60 dólares.
"La ralentización brusca de la inflación en el contexto del mantenimiento de los ritmos estables del crecimiento de los indicadores nominales condujo al fin del período de decrecimiento de la economía y un resultado positivo a fin de julio", indicó.
"La reducción paulatina de los volúmenes de pagos de la deuda externa conducirá a una reducción de los niveles de fuga de capitales, lo que reducirá la presión sobre el mercado interno de las finanzas y propiciará la reducción del valor de los recursos financieros", afirmó.
El fin del período de reducción obligada de la carga de la deuda de las compañías rusas permitirá restaurar una dinámica positiva de las inversiones, añadió Oreshkin.