Las autoridades de Kiev iniciaron en abril del año pasado una operación militar contra los independentistas del este del país que se negaron a reconocer el golpe de Estado de febrero de 2014.
Según los últimos datos de la ONU, más de 6.400 personas han perdido la vida en el conflicto.
Las partes intentaron en varias ocasiones llegar a acuerdos con mediación de Rusia y la OSCE.
Además, establece que las autoridades de Ucrania debe llevar a cabo un diálogo directo con los representantes de las autoproclamadas repúblicas populares de Donetsk y Lugansk, en particular, sobre el tema de la realización de elecciones regionales, cambios en la constitución ucraniana que presupongan la descentralización del poder y el otorgamiento de estatus especial para algunas regiones de Donetsk y Lugansk.