Gazprom no ve ningún futuro para el gasoducto South Stream, declaró hoy el jefe de este gigante energético, Alexéi Miller.
"Se acabó, el proyecto está archivado", dijo Miller a la pregunta de cuál sería la decisión final sobre South Stream.
Minutos antes, el presidente ruso Vladímir Putin admitió que "Rusia no puede seguir adelante con el proyecto" en las condiciones actuales, en particular porque Bulgaria no ha dado el permiso para las obras en su zona económica exclusiva.
El gasoducto, cuya construcción comenzó en la costa rusa del mar Negro a finales de 2012, debía permitir al grupo gasista ruso Gazprom diversificar sus rutas de exportación a Europa y reducir la dependencia del tránsito a través de Ucrania. En 2018, South Stream iba a tener cuatro líneas con una capacidad total de 63.000 millones de metros cúbicos al año. El tramo submarino debía conectarse al terrestre en Bulgaria de donde iría a Serbia, Hungría, Eslovenia y el norte de Italia.
La Comisión Europea afirmó en reiteradas ocasiones que el South Stream viola el Tercer Paquete Energético, que prohíbe a las compañías extractoras de gas poseer gasoductos en el territorio comunitario.
Miller, quien acompaña a Putin en su visita de Estado a Turquía, dijo al mismo tiempo que Moscú estaría dispuesto a reducir más el precio del gas natural para Ankara, "hasta el nivel del que se beneficia actualmente Alemania".
Gazprom planea construir un nuevo gasoducto marino y suministrar a Turquía 14.000 millones de metros cúbicos al año, de una cantidad total de 63.000 millones de metros cúbicos acordada con la empresa turca Botas. El volumen restante, unos 50.000 millones de metros cúbicos, se enviará a la frontera de Turquía con Grecia, dijo Miller.
