El presidente de Rusia, Vladímir Putin, dio por terminadas las obras de reconstrucción en la central hidroeléctrica Sayano-Shúshenskaya, en el sur de Siberia, que en agosto de 2009 sufrió un grave accidente con el resultado de decenas de muertos.
La planta volvió a poner en marcha este miércoles la última de sus turbinas afectadas por el desastre, en una ceremonia que el líder ruso siguió por videoconferencia desde Vladivostok, ciudad portuaria sobre el Pacífico.
"Este grupo generador es el que resultó el más dañado por el desastre y es simbólico que con su puesta en marcha se concluya la reconstrucción completa de la central", manifestó Putin.
De esta forma, la central Sayano-Shúshenskaya recupera su liderazgo en el sector hidroeléctrico nacional y vuelve a realizar una importante contribución a la estabilidad del conjunto del sistema energético ruso, destacó el presidente.
Tras la puesta en marcha hoy del grupo generador número dos, el último de los diez con los que cuenta la planta siberiana, esta instalación podrá alcanzar su capacidad proyectada de 6.400 megavatios.
El accidente en la central, ocurrido el 17 de agosto de 2009, se cobró la vida de 75 personas, destruyó tres turbinas y causó graves daños a las restantes siete.
Puesta en marcha en 1978, la hidroelectrica Sayano-Shushenskaya, en el curso alto del río Yeniséi, es la más potente de Rusia y una de las mayores del mundo.
Con 245 metros de altura de la presa y 1.066 metros de longitud de coronamiento, la planta produce 22.800 millones de kilovatios hora al año.
