Más del 60% de los rusos sienten hostilidad hacia los inmigrantes oriundos del Cáucaso y del Asia Central que viven en sus ciudades, revela hoy una encuesta difundida por el Centro Levada.
Según el sondeo, el 62% de los rusos están convencidos de que los enfrentamientos provocados por ánimos xenófobos continuarán tras el incidente del pasado octubre en un barrio de Moscú, donde el asesinato de un lugareño por un inmigrante del Cáucaso Sur provocó masivos disturbios con centenares de detenidos.
La encuesta evidencia que los principales sentimientos que provocan los forasteros son irritación, hostilidad y miedo (61,5%).
Al mismo tiempo, los rusos no hacen diferencia entre los habitantes del Cáucaso Norte, que son ciudadanos de Rusia, y los inmigrantes provenientes del Cáucaso Sur (Armenia, Azerbaiyán, Georgia) o de Asia Central.
El 73% está a favor de la expulsión de los sin papeles y el 78% apoya la restricción del flujo de inmigrantes al país.
La consigna de “Rusia para rusos” gana cada vez más adeptos. En la actual encuesta lo apoya el 66% de los encuestados y solo el 19% admitieron que se trata de un eslogan “fascista”.
El subdirector del Centro de la Opinión Pública Levada, Alexéi Grazhdankin, subraya que las cifras revelan un auge del nacionalismo que, por su parte, está relacionado con la situación económica en el país y el descontento popular con la política del Gobierno.
La víspera, unas 8.000 personas se sumaron a la Marcha Rusa, que se celebró en el barrio de Liublinó, en el sureste de Moscú, con motivo del Día de la Unidad Nacional. La concentración se saldó con la detención de unos 30 activistas que iban encapuchados, gritaban consignas nazis, portaban símbolos prohibidos y perpetraron infracciones del orden público.
