El presidente de Rusia, Vladímir Putin, defendió hoy las inspecciones a las ONG realizadas por el Gobierno ruso argumentando que son necesarias para tener bajo control la financiación extranjera que reciben estas entidades.
“Todas estas actuaciones no van encaminadas a cerrar o prohibir (las ONG), sino a establecer el control sobre los flujos financieros que llegan a las ONG rusas dedicadas a la política interior y que son de procedencia extranjera”, explicó Putin tras una reunión con la canciller alemana Angela Merkel.
Según el líder ruso, en los cuatro meses desde la entrada en vigor de la nueva ley de ONG, las más de 650 organizaciones de este tipo que funcionan en Rusia han recibido un total de 28.300 millones de rublos, o casi 1.000 millones de dólares.
“Quisiera reiterar… no se trata de controlar a nadie, sino de saber en qué cantidades, cómo y para qué llega a Rusia el dinero extranjero. Y sobre todo queremos saber si las entidades que reciben este dinero extranjero se dedican a la política interior. Rusia aprobó una ley al respecto y todos la deben cumplir”, insistió.
En cuanto a los casi 1.000 millones de dólares recibidos por las ONG rusas, el presidente Putin subrayó que se trata de una “cantidad nada despreciable que podría destinarse para ayudar a países con problemas como Chipre. “Entonces no habría hecho falta despojar a los pobres depositantes”, recalcó.
Por otro lado, en referencia al país mediterráneo, el mandatario ruso anunció que Moscú accedió, a petición de la Comisión Europea, a reestructurar el crédito por 2.500 millones de euros que Rusia concedió a Chipre en 2011.
“Nosotros sí contribuimos (a la asistencia a Chipre). A finales del año 2011 otorgamos a Chipre un préstamo estatal por 2.500 millones de euros. A petición de la Comisión Europea, hemos decidido reestructurarlo. Es una contribución efectiva a la resolución del problema chipriota”, apuntó.
Al mismo tiempo, expresó la confianza en que la solución a la crisis financiera chipriota, que supone importantes pérdidas para los grandes depositantes de los dos mayores bancos de la isla, no se extienda a otros países de la Eurozona con problemas similares. Putin ya había criticado anteriormente por “injusto, peligroso y poco profesional” el gravamen bancario chipriota, que puede afectar a un importante número de ahorradores rusos en Chipre.
En el capítulo de las relaciones económicas entre Rusia y Alemania, el líder ruso apostó por aumentar la cifra del comercio bilateral a los 100.000 millones de dólares de los 74.000 millones actuales, y elogió como muy positivo y abierto el diálogo con Berlín en esta materia.
