El emisario del presidente ruso para África, Mijaíl Marguélov, manifestó anoche que las grandes potencias no buscan el cuero cabelludo de Muamar Gadafi, a quien recomendó reconsiderar su papel en la Libia de hoy y buscar una retirada digna.
La reciente reunión de los líderes del G-8 en Deauville, según Marguélov, “no ha dejado la impresión de que se desvivan por el cuero cabelludo de Gadafi”. En los países del África y del mundo árabe también “existe la tradición del perdón y de la reconciliación”, recordó Marguélov, quien encabeza el comité de asuntos internacionales en el Senado ruso.
A modo de ejemplo, el senador mencionó el caso del ex presidente argelino Ahmed Ben Bella quien, “después de derrocado, siguió viviendo tranquilamente como particular en Argelia”.
Para Gadafi “también sería una salida digna” quedarse en Libia y vivir con su gente, con la tribu a que pertenece. “Es importante para toda persona responsable asumir un cambio de condiciones y evaluar objetivamente su lugar en la nueva situación”, declaró Marguélov antes de tomar un avión con destino a Trípoli.
Las protestas antigubernamentales que estallaron en Libia a mediados de febrero pasado derivaron rápidamente en un conflicto armado entre las fuerzas leales a Muamar Gadafi, más de 40 años en el poder, y los rebeldes que demandan su dimisión. Para proteger a la población civil, el Consejo de Seguridad de la ONU autorizó en marzo el embargo sobre el suministro de armas a Libia, una zona de exclusión aérea sobre su territorio y otras medidas que allanaron el camino a la intervención militar de una fuerza multinacional que actúa bajo el mando de la OTAN. El pasado 1 de junio, la Alianza decidió prolongar su operación en Libia por 90 días como mínimo.
Una serie de fuertes detonaciones se escucharon esta madrugada en Trípoli, en la zona próxima a la residencia de Gadafi sobre la cual se ve una columna de humo, informó Reuters. El origen exacto de esos estampidos se desconoce pero la agencia supone que ha sido un nuevo ataque aéreo de la OTAN.
