"Es importante que llegue a esa instancia donde queremos llevarlo, porque San Juan Bautista de Curiepe es el que tiene más tiempo festejándolo y este 24 de junio, nuestro pueblo cumplió 298 años, y en el 2021, cuando esperamos que la Unesco lo reconozca, estaríamos cumpliendo 300 años", dijo a esta agencia Rubén Blanco, de 55 años, quien durante toda su vida ha celebrado junto a su familia esta festividad cada 23, 24 y 25 de junio.
"No es cualquier tradición venezolana, sino una particular que para el desprevenido podría tener sencillamente una significación religiosa respetable por demás", dijo el ministro de Cultura, Ernesto Villegas, en declaraciones a la prensa el domingo 23 de junio.
"Pero que cuando uno se aproxima a ella descubre que más allá de la devoción y el credo que hay detrás del culto a San Juan Bautista, hay una historia de rebelión y de lucha que ha traspasado el tiempo y ha llegado hasta nuestros días con un fuego de energía y de dignidad para el pueblo de Venezuela", agregó.
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Filomena Tovar, de sangre africana, fue la primera en continuar con esa tradición cuando la familia mantuana (nacida en Venezuela, pero de origen español) de su esposo recibió como donativo la figura del primer San Juan que llegó a la colonia, y desde entonces todos sus descendientes cuidan con esmero al santo y organizan sus fiestas
"De esta forma, celebrar al San Juan se convirtió en una forma de agradecer por esos días de descanso, y representa a nuestro ancestros africanos y españoles", acotó Molina Tovar.
Cuando esta celebración comenzó hace 300 años, los movimientos de los hombres y mujeres esclavos estaban limitados por grilletes en manos y pies por lo que bailaban como podían, y debido a ello la danza de estos días es distinta a la que se realiza en otras ceremonias, además de que participan las madamas con trajes de antaño y una pañoleta en la cabeza.
La fiesta comienza el 23; a medianoche el santo es llevado a la Casa de la Cultura, donde le cantan cumpleaños y festejan su nacimiento con velas, bailes y cantos.
"Si San Juan lo tiene, San Juan te lo da", es la promesa bajo la que miles de personas acuden en estos días a Curiepe y a cambio de que se cumplan sus peticiones ofrecen una ofrenda al santo.
El 24 de junio a las 10:00 hora local (14:00 GMT) todo el pueblo de Curiepe se reúne en torno a la iglesia católica, el Santo entra y se realiza una misa en su honor, en la que los pobladores llegan con una representación de sus cosechas, de sus riquezas, de las herramientas que durante el año les permiten trabajar y llevar el pan a sus hogares.
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Luego, el santo vuelve a las calles para ser venerado con tambores, allí se reúnen católicos y santeros, una religión resultado de la fusión de los yorubas, que eran los esclavos africanos, y los católicos, para festejar.
Posteriormente, se realiza una ceremonia en otra de las viviendas de la localidad, que se conoce como la "velada", como parte de una promesa que desde hace 33 años hizo a San Juan la familia Alvarado, allí se pican varios pasteles y preparan una sopa de la cual comen todos los pobladores de Curiepe.
Este martes 25 se realizó el denominado "encierro", en el que la figura vuelve a la iglesia, pero con la particularidad de que antes de ingresar se encuentran el santo tradicional y el San Juan Congo, que tiene tallado en madera sus genitales, y los pobladores entonan cantos africanos como el Malembe para venerarlo.
El baile se convierte en una disputa para que se permita la entrada a la iglesia de la figura tallada por los africanos, pero finalmente el que siempre logra el acceso es el de origen español y así concluye la celebración; después de la misa el santo regresa a la casa de los Tovar hasta el próximo año.
En 2018, el gobernador de Miranda, Héctor Rodríguez, firmó en Curiepe un acuerdo de intención para comenzar a armar el expediente que solicita la Unesco para la declaratoria de dicha festividad como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, un ansiado reconocimiento para sus pobladores.