Tarasenko declaró que nunca antes se había reunido con seguidores de esta rama de la Iglesia ortodoxa, también conocida en ruso como los staroveri.
"Son los que guardan nuestra fe y nuestra historia. Deseo expresarles mi respeto", indicó.
Asimismo, destacó que una comunidad de viejos creyentes había acogido por un mes a la familia de su abuela cuando esta llegó a Vladivostok procedente de la región de Astracán (sur de Rusia). El funcionario subrayó que es necesario preservar las tradiciones e invitó a los descendientes de los staroveri rusos que residen actualmente en América Latina a que regresen al país eslavo.
Los viejos creyentes de Primorie han recibido 5 terrenos con una superficie total de 720 hectáreas para llevar a cabo sus actividades agrícolas.
El gobernador también subrayó que esta región remota necesita de personas dispuestas a desarrollar la agricultura y la ganadería. Las autoridades locales también acordaron adquirir maquinaria agrícola para las granjas de los staroveri.
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Por no aceptar la reforma religiosa de 1654, los viejos creyentes rusos sufrieron duras persecuciones a lo largo de los siguientes siglos. Por esta razón, muchos de ellos abandonaron Rusia y algunos terminaron en América Latina. No obstante, en los últimos años, diversas familias de viejos creyentes han empezado a regresar al Lejano Oriente, concretamente a las regiones de Primorie y de Amur.