Un estudio de la Henry Jackson Society (HJS) desvela que por primera vez las minorías religiosas tienen "una influencia política potencial" por encima de su presencia real en el país, que el último censo establece en el 7,8% de la población.
El creciente peso electoral de musulmanes, hindúes, sijs, budistas o judíos se deriva de la concentración de este sector de residentes en circunscripciones sin una clara perspectiva de victoria de los dos principales partidos, conservador o laborista.
Estos llamados distritos "marginales" se cifran en esta ocasión en torno a los 200, de los cuales 93 cuentan con un electorado no cristiano más amplio que el margen de victoria entre los dos o tres candidatos destacados que pugnan por hacerse con su representación en Westminster.
El electorado musulmán domina entre el resto de minorías religiosas y su voto puede influir en el resultado de 90 circunscripciones, de acuerdo con la revisión de la HJS.
La publicación The Muslim News expresa más cautela respecto al peso del voto musulmán, aunque admite que "influirá muy posiblemente en 40 escaños" del parlamento británico.
Los musulmanes tienden a votar por el partido laborista, que cuenta con un mayor número de diputados de esta religión, que pueden crecer a un total de once esta semana.
La desigualdad en la representación política se extiende a todas las comunidades minoritarias: el 55% de población se identificó como británico no blanco en el censo de 2011, pero en Westminster solo el 5% de diputados eran de una minoría étnica al tiempo de disolución el pasado marzo.
Un sondeo reciente confirma que el 50% de musulmanes prefiere a los laboristas, pero solo el 40% votó en 2010 por el partido que ahora lidera Ed Miliband.
Como el resto de la mayoría de la población, empleo, sanidad pública y educación son las cuestiones que más preocupan a los musulmanes británicos.
Sin embrago, en trabajo se enfrentan a serios obstáculos discriminatorios, de acuerdo con datos oficiales. Así, la Oficina Nacional de Estadística develó días atrás que el varón musulmán tiene un 76% menos posibilidades de acceder a un puesto de trabajo que un cristiano blanco con calificaciones similares.
El diferencial entre las mujeres musulmanas se recorta al 65% respecto a la población mayoritaria femenina de Reino Unido.
