"Nuestra iglesia se halla en una situación muy complicada, pues sus feligreses se encuentran tanto en el este como en el oeste del país, así como en Kiev, la institución debe conservar su potencial pacificador", subrayó, añadiendo que, en caso de que apoyara una postura política en contra de otra, ella "perdería ese potencial".
El prelado reveló que los sucesos en Ucrania le producen "un gran dolor", ya que "han provocado una guerra civil y diferentes fuerzas han colisionado en un conflicto mortal".
"Cada parte contrincante desea lograr que la iglesia justifique y apoye su postura, sin embargo, continuaremos con nuestra labor, pues llegará algún día el tiempo de recoger piedras", dijo el jerarca eclesiástico.
El patriarca mostró su asombro por que la iglesia ortodoxa sea actualmente la única organización capaz de realizar ese trabajo, pero aseguró que "lleva esa cruz con una comprensión total de la importancia de su misión".
Según Kiril, el hecho que la Iglesia Greco-Católica ucraniana y el cismático 'Patriarcado de Kiev' hayan apoyado aquella parte del conflicto que esgrimió consignas nacionalistas y antirrusas solo sirvió para "atizar las pasiones".
"Nosotros tratamos de hacer todo lo posible para reconciliar a la gente, para restablecer las relaciones normales, y estamos logrando algunos resultados", resumió.
