"La principal idea en común de la Pascua en Rusia y en occidente es la creencia en la resurrección de Jesucristo. Algo que comparten ortodoxos, católicos y protestantes. La resurrección sigue siendo el acontecimiento central del Evangelio. Dios sugiere la esperanza de que si Jesucristo resucitó, sus fieles también lo harán", dijo a Sputnik su Eminencia, monseñor Ignacio.
La Pascua se conmemora en las iglesias donde los fieles ortodoxos participan de manera masiva en los rituales y en la tradicional misa.
"Para los ortodoxos la Pascua es una fiesta muy emotiva. Le preceden unas intensas celebraciones, y un estricto ayuno. Luego de la medianoche del Sábado Santo, se realiza la procesión solemne que se dirige hasta el exterior del templo. Todos los fieles mantienen en sus manos las velas prendidas, y un cántico unánime".
La procesión da la vuelta al templo, y se detiene en frente de sus puertas cerradas. Esto recuerda la ida de las ' santas mujeres' (María Magdalena, María Salomé y María de Cleofás) al sepulcro.
"Abriendo las puertas el sacerdote simboliza la apertura de las puertas del sepulcro del Señor, y anuncia a todos que Cristo ha resucitado. Durante todo el ritual el sacerdote y los creyentes intercambian el saludo: 'Cristo ha resucitado', 'En verdad ha resucitado'. Es una escena muy impresionante", expresó monseñor Ignacio.
"Antes los pintaban con cáscara de cebolla, que hervían junto con el huevo, y los ponía rojos. Esto se remonta a la tradición, cuando decían que María Magdalena habló con el emperador Tiberio para contarle sobre la resurrección de Cristo, y él no le creyó, le dijo: 'Voy a creer si el huevo se pone rojo', y el huevo se puso rojo. Para recordar este episodio la gente pinta los huevos de rojo", dijo a Sputnik Igor Bonadikov, del Centro Ruso de Ciencia y Cultura de Buenos Aires.