"Los rusos son unas personas que yo adoro, las amo con la vida, pero no sé por qué razón los veo siempre tan estresados a toda hora del día. Solamente se relajan cuando toman dos vodkas o, en el caso de las chicas, dos cócteles", dijo sonriendo.
Señaló que "una parada de autobús 'x' [equis] entre las 5 y las 8 de la noche" es ejemplar en ese sentido.
"Te pones a mirar a las personas y te encuentras [con] que son un poema: más estresadas no pueden estar", aseveró.
En este contexto, los conciertos de Sandor Torres son una buena medicina.
Egresado de la Escuela Nacional de Música de La Habana, donde estudió trompeta y luego piano, vino a Rusia en 2014. Empezó a trabajar por un contrato en un restaurante, y al poco tiempo se dio cuenta de las enormes oportunidades que brinda la capital rusa para quien quiere crecer.
Añadiendo a ello el amor del público ruso por géneros como el latin jazz, así como por los cubanos —considerados "como hermanos" en el país euroasiático—, este habanero alcanzó popularidad e hizo amistades con algunos de los grandes de la música en Rusia, al calificar como "formidable y excelente" su experiencia de "trabajar con esas personas".
Según Sandor Torres, lo que los rusos deberían aprender de los cubanos es a saber "relajarse en la vida". Al mismo tiempo, valoró altamente cualidades de los lugareños, como la disciplina y la puntualidad, entre otras.
"Además, son unas personas que cuando te dicen 'sí' es 'sí', ellos no son de términos medios", enfatizó.
Hablando de sus planes a futuro, compartió que tiene previsto grabar sus discos y probablemente mudarse de Moscú a San Petersburgo, una ciudad de la que afirmó haberse enamorado. Entre otras cosas, porque le recuerda mucho a su ciudad natal, donde echa mucho de menos el mar.
"Tengo previsto estar aquí una buena temporada más, seguir aumentando mi nivel profesional cada día más. Me encuentro muy bien aquí", concluyó Sandor Torres.
