El domingo 9 de febrero, el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, llegó a la sede de la Asamblea Nacional respaldado por un impresionante despliegue militar. A punta de metralletas ingresó al Salón Azul donde se desarrollan las habituales sesiones plenarias.
En el lugar ocupó la silla del presidente de la Asamblea, Mario Ponce, del partido de centroderecha Concertación Nacional. Posteriormente agarró el gong y golpeó la campana en señal de que había empezado la sesión.
"En el momento en que Bukele se sienta en la silla del presidente Ponce, abre la sesión y dice que 'ahora está claro quién manda aquí', hubo un golpe de un órgano del Estado contra otro", afirmó Schafik, secretario general del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN).
Sin embargo, el rechazo interno e internacional mientras se desarrollaba la escena fue tan grande que incluso varios de sus legisladores decidieron no ocupar sus bancas para no dar cuórum, y el mandatario desistió de su acción.
Paréntesis por el virus
Cuando ocurrieron estos hechos, el presidente había iniciado una ofensiva pública contra el Parlamento —en el cual no cuenta con mayoría propia— con el fin de que le habiliten un préstamo de 109 millones de dólares para destinar a mejorar la seguridad pública.
Pero la llegada de la pandemia del coronavirus impuso un receso obligado. Schafik contó que el titular de Defensa ya recibió las 17 preguntas oficiales, que buscan establecer de dónde partió la orden de asaltar el Parlamento. Schafik será uno de los interpelantes, junto con su colega de bancada, Cristina Cornejo.
"Ni por Constitución ni por la cadena de mando puede comandar tropa. El ministro de Defensa en ningún país comanda la tropa, para eso está el jefe del Ejército. Nosotros sabemos quién le dio la orden, pero lo tiene que decir públicamente", resumió.
¿Símil Fujimori?
Schafik considera que Bukele reúne características similares a las del expresidente y dictador peruano Alberto Fujimori (actualmente preso), que llegó a la presidencia por la vía democrática y terminó dando un autogolpe parlamentario en 1992. Dos años antes había ganado las elecciones pero sin mayoría parlamentaria.
"Ahí agarró todo lo que quería instaurar, y de ahí para acá pasó todo lo que ya sabemos: Fujimori terminó siendo un dictador. Es el mismo camino que aquí quisieron intentar y todavía quieren, por eso lo hemos comparado", indicó el secretario general del FMLN.
Para Schafik también se encuentran nexos entre ambas gestiones en "los casos de corrupción" y en el "nepotismo" de ambos fenómenos mezclados". Explicó que durante la pandemia surgieron más de 40 casos sospechados de irregularidades en el país.
"Apareció una empresa de repuestos para carros vendiendo mascarillas, y una que hace suelas de hule para zapato haciendo máscaras transparentes: cuestan menos de un dólar y las vendían a cinco. Y todas resultan ser familiares: concuñados de un ministro o funcionarios en altos cargos. Este también es un Gobierno marcado por el nepotismo: hay hermanos, hermanas, esposas, amantes y también está el amigo", denunció el diputado opositor.