Es una incógnita el nombre del sustituto de Abdelmahdi, que se mantiene en el cargo de forma interina. Su dimisión llegó luego de que el líder religioso del país de origen chiíta, el ayatolá Alí Sistani, le pidiera un paso al costado en un intento por destrabar la situación.
"Es una primavera con toda la intencionalidad de la de 2011, que fue poner una cabeza de puente particularmente en Irán para iniciar protestas sociales y alimentar una insubordinación general y, finalmente, el gran deseo del Departamento de Estado que es la caída del Gobierno iraní", indicó.
El experto en Medio Oriente resumió en líneas generales cómo pesa el factor religioso en este conflicto al mencionar las dos grandes vertientes del mundo musulmán: el chiismo y el sunismo.
"El chiismo se ha convertido en el guevarismo en el islam, el brazo más antinorteamericano", señaló. Más allá de la fuerza de los ayatolás en Irán, el chiísmo "ha tenido siempre una postura muy independiente y antinorteamericana que no deja de ser un muy mal ejemplo para los países de la región", explicó el entrevistado.
Más de mil millones de los 1.300 millones de musulmanes en el mundo adhieren a la escuela suní y el resto a la chií. "Es una proporción muy menor, pero el gran foco del chiismo está en Irán y el sur de Irak y las protestas, apunta ahí", puntualizó Calvo.
De revoluciones y sanciones
En febrero de 1979 la revolución islámica puso fin al reinado del último Sha de Persia, que "mantenía al país casi como un estado más de EEUU", recordó Calvo.
En el mundo árabe se la conoce como "la guerra impuesta". Para compensar su menor poderío militar y de tropa, Hussein empleó armas químicas contra los iraníes y la población kurda del norte del país. Si bien la ONU planteó su preocupación, Washington impidió en 1987 que la organización condenara al país, en cuyo Gobierno tenía un aliado.
Calvo advierte un contexto similar que se repite en el tiempo y cuyo fin es el mismo: terminar con la influencia iraní. "Por eso yo digo siempre que Irán es la Cuba de Medio Oriente, el chiismo como representante de la vertiente más opositora a EEUU es el gran objetivo a vencer", consideró Calvo.
El factor sino-ruso-iraní
Uno de los objetivos principales no alcanzados por la primavera árabe de 2011 fue la caída del Gobierno de Bashar Assad en Siria, que se mantiene hasta el presente.
Frustrado ese propósito, comenzó el asedio terrorista hacia el país por parte del autodenominado Estado Islámico, lo cual motivó el pedido de apoyo militar por parte de Siria a Rusia e Irán.
Calvo sostuvo que "no va ser tan fácil para EEUU generar lo que ellos quieren hacer en Irán", en relación con poner fin a la Revolución Islámica que gobierna desde hace 40 años bajo un sistema democrático.
"Toda esta región es extremadamente rica en petróleo y gas, y EEUU ha tenido importantes períodos históricos de amplia dominación en Irak e Irán hasta 1979", apuntó el experto.
Calvo también consideró que se ha formado una alianza "muy fuerte" entre Rusia e Irán pero de la que "también participa, con menos acciones, China". A este último país lo definió como un gran consumidor de "petróleo y gas iraní. Por eso hay un gasoducto y otro oleoducto en construcción a través de Pakistán hacia China", finalizó.