Tanto el oficialista Likud como el principal partido de oposición, el Azul y Blanco de Gantz, mantienen la condición de ser los que atraen más votantes, pero no lograron sacarse suficiente ventaja entre sí. Con 35 escaños obtenidos por cada uno en abril, quedaron lejos de la mayoría propia en un Parlamento unicameral de 120 bancas.
En la misma posición podrían quedar los partidos árabes que también reunirían 10 bancas y podrían participar de una eventual alianza gubernamental.
"Es cierto que tienen una presencia en el Parlamento y es probable que puedan inclinar levemente la balanza hacia uno u otro sector. Pero no son gravitantes. Son una minoría bastante oprimida por los demás y los márgenes de maniobra política que tienen también son escasos", dijo a Sputnik el analista internacional chileno Nicola Hadwa.
En este contexto preelectoral Netanyahu trasladó a su gabinete este lunes 16 al Valle del Jordán para anunciar nuevas anexiones de territorios y legalizaciones de otros ya ocupados en Cisjordania.
"En el territorio que él dice que quiere anexionar viven 500.000 colonos ilegales. Entonces es una situación que obviamente le significan bastantes votos a su favor, pero también significa una situación de carácter internacional bastante delicada y obviamente que está activando tambores de guerra", afirmó el experto en temas de Oriente Medio.
"Están llevando a la sociedad a una búsqueda de quién es más duro. Tanto el Likud como en el resto de los partidos, salvo los árabes, deambulan en su campañas por la ocupación, la violencia y la legitimación de la ocupación. Esos son los argumentos, y quien ofrece mas agresión a sus vecinos va a tener más cantidad de votos", concluyó Hadwa.