Yao, analista internacional y político, acaba de publicar una columna en el diario La Estrella de Panamá en la que advierte sobre el resurgimiento de la Escuela de las Américas como motor desestabilizador en la región. Instalada en Panamá hasta 1984, se mudó a Georgia y cambió su nombre por el de Instituto del Hemisferio Occidental para la Cooperación en Seguridad.
Esa acción marcó el inicio de la ofensiva contra los llamados gobiernos progresistas. Después vendrían los golpes blandos en Paraguay, Brasil, y las acciones insurgentes en Venezuela, Argentina, Bolivia, Nicaragua.
Por otro lado, Yao destaca que sólo en 2016, la escuela entrenó a 1.749 uniformados de América Latina, a 15 civiles y 190 policías.
"El aumento de la militarización —sostiene el entrevistado- y represión de las Fuerzas del Orden hacia el movimiento social puede adjudicarse a la doctrina de EEUU, que todo lo justifica en aras de la 'seguridad nacional'".
Por otro lado, desde 2009 para acá también se advierte el crecimiento de la incidencia del Comando Sur, que ha tenido y tiene un rol político activo en varios de los países que actualmente se encuentra bajo crisis política y social. "El Comando Sur es la presencia del Pentágono, que proyecta toda su visión, medios y objetivos hacia América Latina. Es un poder hostil que siempre hemos rechazado", enfatiza Yao.
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Con la invasión estadounidense de 1989 todavía latente en la memoria colectiva de los panameños, como así también los acuerdos que pusieron fin al conflicto y le devolvieron la soberanía sobre el Canal que conecta los océanos Pacífico y Atlántico, Yao teme que el próximo objetivo sea su país. Y nos cuenta por qué.
"Hace un año Panamá estableció relaciones diplomáticas con China Popular y el almirante Kurt ha dicho que la presencia de los chinos en el Canal es un reto para la seguridad de EEUU".
Yao señaló que si Estados Unidos define un objetivo como "cuestión de seguridad nacional" prácticamente no hay norma ni fronteras que lo detengan.
Por eso sostiene que "pueden intentar una suerte de golpe blando en Panamá porque obviamente el poder oligárquico es servil a los EEUU y no es necesario ni derrocar al presidente (Juan Carlos) Varela. Hay que modificar, variar y desestabilizar el escenario preelectoral de cara a 2019", cuando se elegirá al nuevo mandatario.
