Cada vez hay más protestas contra el franco africano, un claro rezago de la época colonial. Ejemplo de ello es el joven activista franco beninés Kemi Séba — presidente de la ONG Urgencias Panafricanistas- que en agosto de este año quemó en público un billete de 5.000 francos CFA en Senegal.
Para el africanista Omer Freixa, la crisis del franco CFA es un claro reflejo de la declinación de la Unión Europea.
"Tal vez la repercusión es el derrumbe de esta suerte de condominio francés en Africa. Habrá que ver cómo repercute el uno en el otro, toda vez que el franco CFA y el euro están íntimamente ligados"
Si bien antes de su independencia países como Senegal, Nigeria, Camerún y Benín, entre otros, ya utilizaban la moneda francesa, el CFA nació el 22 de noviembre de 1972. Hasta 1973 la moneda era controlada por el Banco Central Francés.
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A partir de ese año la potencia europea africanizó el modelo, fundando el Banco de los Estados de África Central (BEAC), para los seis países de esa comunidad económica y monetaria (Camerún, Chad, Gabón, Guinea Ecuatorial, República Centroafricana y República de Congo). Y el BCEAO, para la unión económica de ocho Estados de África del Oeste (Benín, Burkina Faso, Costa de Marfil, Guinea Bissau, Malí, Níger, Senegal, Togo).
"Es una huella muy fuerte que hoy impera en el corazón mismo de la política de los países africanos que fueron colonia y de aquellos que se sumaron luego no habiendo sido colonia francesa. Está en línea con la paridad con el euro y es una moneda emitida en la propia francia. Está digitada desde Francia y va en relación al euro: es un vinculo más de atadura del neocolonialismo", sentenció Freixa, magíster en Diversidad Cultural y especialista en estudios afroamericanos por la Universidad Nacional de Tres de Febrero.
