Para el especialista, la derrota en Mosul y el retroceso de Estado Islámico en la mayoría de Medio Oriente provoca "un cambio en la estrategia", adaptada a la pérdida de territorios y al repliegue de miles de combatientes que habían llegado desde Libia, Filipinas, Chechenia y Europa para defender al califato. "Ya hay un mensaje que circula en internet en donde se incita, sobre todo a los europeos, no a pagarse el viaje hasta Medio Oriente, sino a 'cometer cualquier acto terrorista en el que muera la mayor cantidad de personas'" en sus países de origen.
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En este sentido, la batalla de Mosul no representa un cambio significativo a nivel del terrorismo, opina Jacubovich, sino más bien lo contrario: con el repliegue de los combatientes, los actos terroristas pueden aumentar.
"Es importante entender que se trata solamente del fin del Estado Islámico provisto de un territorio, aunque todavía falta Al Raqqa. Es cierto que la batalla de Mosul puede representar un golpe mortal al califato y constituir el inicio o el regreso a una nueva fase en la cual su arma principal no ha sido su fuerza de choque y despliegue territorial, sino ese marketing del terror atizado por la sociedad mediática mundial. Uno ve que Estado Islámico va a volver a su forma de grupo insurreccional, que es la más pura tradición terrorista", destacó Jacubovich.
