El triunfo de Moon Jae-in en las elecciones de este martes 9 de mayo en Corea del Sur es visto desde Corea del Norte como una esperanza para la paz. El nuevo presidente formó parte de uno de los gobiernos que, a comienzos de este siglo, firmaron acuerdos para entablar un diálogo de paz y pensar en la reunificación.
Moon Jae-in hizo campaña abogando por una menor dependencia estadounidense y un mayor acercamiento con su vecino, como así también en la necesidad desmantelar el escudo antimisiles THAAD, desplegado por EEUU en la frontera entre las dos Coreas. Pero si el escudo sigue allí y nada cambia, Cao de Benós aclara que no representa un problema para Corea del Norte, ya que sólo tiene capacidad para frenar "dos o tres misiles" mientras que Pyongyang podría disparar cientos a la vez.
"En un día de enfrentamiento puede haber perfectamente 200 mil bajas en Corea del Sur y de soldados norteamericanos. La respuesta sería tan masiva a nivel de misiles con gran capacidad de detonación que realmente se arrasarían todas las bases americanas. No solo en Corea del Sur, sino en Okinawa, la isla de Guam, en todo el Pacífico donde están ubicadas. Nuestro Ejército está preparado para ello en el momento en que EEUU tan solo toque un centímetro del territorio norcoreano", advirtió Cao de Benós.