A un mes de ese episodio, el viernes 17 de marzo el canciller de Estados Unidos, Rex Tillerson, hizo una seria advertencia al régimen de Jong en el marco de un gira por Japón, Corea del Sur y China. "La política de paciencia estratégica ha terminado. Si elevan la amenaza de su programa de armas a un nivel que creemos requiere acción, esa opción está sobre la mesa", dijo el canciller de Estados Unidos.
"Con los últimos lanzamientos de misiles no hay un cambio, es más o menos un poco de lo mismo que siempre ha pasado: Corea del Norte está buscando defender su soberanía y ha dicho que lo va a hacer siempre que se presente una hostilidad a su régimen,y ellos se sienten amenazados por los ensayos de Estados Unidos. Pero con la prueba de setiembre de 2016 sí hubo un cambio, porque la detonación fue de entre 10 y 20 kilotones y el terremoto posterior fue de 5,3 grados, los expertos prevén un avance porque tan solo podemos comparar con la bomba de Hiroshima, que tuvo una explosión de 15 kilotones", dijo Guillén, integrante del Centro de Estudios Internacionales Gilberto Bosques, del senado Mexicano.