El que avisa no es traidor, dice el viejo refrán, y el presidente de EEUU, Donald Trump, actúa en consecuencia. Porque la impunidad ampara a su país en estos casos. En recientes declaraciones, llevadas a la acción, primero comunicó la decisión de que sus soldados se atrincheren en los pozos petroleros del Este del Éufrates en Siria que representan las tres cuartas partes de la producción total del oro negro de ese país.
Y en eso de los 'derechos', estuvo enmarcada la subsiguiente declaración del inquilino de la Casa Blanca: que EEUU tiene el derecho de hacer lo que quiera con el petróleo sirio. Luego de estas declaraciones, Trump se quedó a gusto con su impunidad y la del país que dirige. Y casi nadie le dijo nada, y casi nadie dijo nada: ningún organismo internacional, ni 'la comunidad internacional, ni ninguna organización no gubernamental, y casi ningún país, salvo honrosas excepciones como Rusia.
"Ahora, EEUU es el que roba el petróleo y lo vende a Turquía. Turquía es cómplice, de todos estos grupos, en la venta de petróleo; no tiene ningún problema: Turquía está lista. El Gobierno turco desempeña un papel directo en la venta del petróleo, anteriormente con Al-Nusra, luego con ISIS y hoy con los estadounidenses", declaró Asad al canal chino Phoenix, y citado por Sana. Anteriormente ya había denunciado que en su país hay miles de soldados estadounidenses en su país, en una clara violación al derecho internacional.
"El presidente sirio está en lo cierto y maneja una correcta información", expresa al respecto Eduardo Luis Moggia, sociólogo y profesor de la Universidad de Buenos Aires.
"EEUU no es ajeno a esto [expansión territorial de los terroristas], e igual que en el proceso libio están dejando actuar a estos grupos. La retirada de Trump, hay que ver hasta qué punto es retirada, o el 'dejar hacer'", concluye Eduardo Luis Moggia.
