Entre otras cosas, porque el gigante asiático no admite que se le hable desde una posición de fuerza, insistiendo en que el diálogo solo es posible si la potencia norteamericana elimina las tarifas impuestas a las importaciones chinas.
La firmeza de Pekín viene acompañada de hechos concretos, llegándose a pronosticar que podría empezar a deshacerse de los bonos estadounidenses, siendo China el mayor acreedor del país.
Pero, según el analista internacional Matías Ariel Rott, este último escenario es poco probable.
"Hay que tener cuidado cuando se piensa que China podría salir a vender los bonos norteamericanos masivamente, porque sería una política de autodestrucción", indicó.
Argumentó que "gran parte de los stocks de reservas chinos están en dólares norteamericanos", de manera que atentar contra la divisa estadounidense significaría un tiro por la culata. Agregó, además, que EEUU es un importante comprador e inversionista de China.
En tanto, la guerra comercial entre las principales economías del mundo está repercutiendo a nivel global, pudiendo agravarse la situación si la batalla continúa, advirtió Matías Ariel Rott.