Paralelamente a esta información, trascendió que se completaron más de 400 kilómetros de una obra que, según Washington, amenaza gravemente la seguridad energética de la UE, puesto que aumentaría aún más su ya elevada dependencia de Moscú en la materia.
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Al respecto, Antonio Sánchez Andrés manifestó que "lo que existe es una interdependencia".
"La UE en parte depende del gas de Rusia, pero Rusia depende de los ingresos de las exportaciones de hidrocarburos en general", sostuvo el experto, al recordar que el bloque comunitario es el principal destino de las ventas gasísticas rusas, dándose cuenta el Kremlin de que politizar el tema le podría resultar "muy caro".
De acuerdo a nuestro interlocutor, lo que busca EEUU promoviendo el rechazo al gas ruso es "consolidar una ruptura entre la UE y Rusia", cuyo acercamiento podría "hacerle sombra a los norteamericanos". Para evitar que se alíen y, como consecuencia, aparezca un fuerte "competidor" en el mapa global, Washington "genera" y "agita" las diferencias entre Bruselas y Moscú. En ello utiliza a "una serie de países que tienen fricciones tradicionales con Rusia", por ejemplo, naciones bálticas.
Para Antonio Sánchez Andrés, EEUU difícilmente logre "frenar el abastecimiento de gas que se está haciendo a través de los gasoductos ya construidos", pero sí puede influir en que el proyecto Nord Stream 2 no se lleve a cabo, tal como sucedió con el gasoducto South Stream.
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