Al respecto, Antonio Sánchez Andrés, autor de numerosos análisis sobre las relaciones comerciales y energéticas entre Rusia y la UE, indicó en conversación con nuestra emisora que el Gobierno ruso no realiza una "agresión energética bajo ningún concepto, porque es contraproducente".
"Una parte sustancial del presupuesto ruso depende del gas y del petróleo. Una parte de los ingresos de las compañías [energéticas rusas] y la manera de la que se subvenciona el gas y el petróleo en Rusia depende de las ventas en el extranjero, y, entonces, el problema que tiene Rusia es que si utilizase el gas y el petróleo y dejase de venderlos en su mercado más fuerte, que es la UE, entonces, lo que ocurre es que se queda sin una buena parte del presupuesto y sin posibilidades de subvencionar a los rusos internamente. Y eso significa agitación, desestabilidad política y desestabilidad social. Por lo tanto, no puede politizar el problema energético", sostuvo el experto.
Asimismo, Antonio Sánchez Andrés expuso sus criterios sobre cómo podrían afectar a Rusia los crecientes suministros a la UE del gas licuado de EEUU.
"El problema para el gas ruso se llama energías renovables, no se llama EEUU", afirmó nuestro interlocutor.