También una suerte solidaridad con los ciudadanos que en nombre de la Constitución, tanto la Guardia Civil como la Policía Nacional de España, atropellaron con tanta violencia, innecesaria a todas luces, toda vez que el mismo Gobierno central ya había anunciado que de todas formas, el resultado de la consulta estaría viciado de nulidad.
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Pero no fue eso lo que soltó Don Felipe en su discurso, sino que dio un golpe sobre la mesa mientras lanzaba una dura advertencia a quienes osaran patear el tablero. De esa acción ya había habido suficiente el 1-O.
Simbólica pero sintomática, esta medida presentada ERC y la CUP, y apoyada por CiU, habla de los sentimientos que ha despertado la posición del jefe de Estado español frente a las reivindicaciones históricas del pueblo catalán.
Tenía más para repartir ese día el consistorio gironés: también fue declarado persona non grata el delegado del Gobierno español en Cataluña, Enric Millo, y expresó su rechazo a la aplicación del artículo 155, al tiempo de pedir la liberación de los presidentes de la Asamblea Nacional Catalana, Jordi Sànchez, y de la asociación cultural y política Òmnium Cultural, Jordi Cuixart.
El columnista de Sputnik y exdirector de Euronews opina que esta declaración de persona non grata al rey "es simbólica, que no tiene más que un sentido político de un momento determinado, y que no afecta si el rey quiere ir a Girona. Está claro que son situaciones y declaraciones políticas dentro del ambiente que se está viviendo en Cataluña".
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Amoros explicó cuál es la tarea de Felipe VI como rey de España.
"El rey tiene sólo una función constitucionalmente, no tiene ninguna otra, que es la de buscar la concordia y el entendimiento. Y el mensaje que el rey lanzó, era una declaración que podría haber sido exactamente, palabra por palabra, escrita por un partido político que está gobernando España, pero que en Cataluña tiene menos del 8% de votos. Entonces de concordia no tenía nada, además era en una semana en que las fuerzas de seguridad del Estado habían perpetrado una durísima agresión contra la población civil y en ningún momento (el rey) tuvo la sensibilidad para los que a día de hoy, queramos o no, todavía somos sus súbditos".
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Opina que la convocatoria a elecciones autonómicas anticipadas no solucionan nada porque la correlación de fuerzas dentro del Parlament, respecto a las formaciones independentistas de las que no lo son, seguirá siendo la misma "porque somos mayoría", afirma Surra, pero advierte "a menos que ilegalicen a (los partidos políticos) ERC, CUP y PDeCAT, y sólo queden Ciudadanos, Partido Popular y Partido Socialista. Eso no es una elección ni democrática, ni representativa de nada", sentencia Ana Surra.
