"Las consecuencias de una salida rápida (de las tropas) son impredecibles e inaceptables (…) crearía un vacío que aprovecharían los terroristas, incluidos de Daesh y Al Qaeda", se justificó Trump, y dejó claro que la ayuda, ni es un cheque en blanco, ni será infinita.
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Para Pakistán, el inquilino de la Casa Blanca también tenía lo suyo.
"El terrorismo y el extremismo han causado grandes sufrimientos al pueblo paquistaní, (…), pero Pakistán también dio refugio a organizaciones que intentan cada día matar a nuestra gente", disparó.
Pero China reaccionó a esta acusación contra Pakistán. La portavoz de la Cancillería del gigante asiático, Hua Chunying, dijo que "Pakistán se encuentra en la primera línea del frente contra el terrorismo, hizo grandes sacrificios y una contribución importante a esta lucha, así como a la preservación de la paz y la estabilidad".
El analista explica que el anuncio sobre la nueva estrategia de EEUU para Afganistán "viene a ser una especie de reconocimiento de una derrota militar en toda regla. Si después de 17 años no se pueden ir las tropas (de EEUU) de Afganistán porque quedaría un vacío que aprovecharían Al Qaeda o el Estado Islámico, quiere decir claramente que no ha sido capaz de derrotar en 17 años a Al Qaeda y al Estado Islámico en Afganistán".
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"Lo que posiblemente le va a costar tres, cuatro o cinco años a iraquíes o sirios acabar con el Estado Islámico y demás organizaciones terroristas, parece ser que la increíble superpotencia militar norteamericana no ha sido capaz de hacerlo en Afganistán, con muchas menos condiciones para mantener una guerra por parte de los talibanes y otras fuerzas, pues no ha sido capaz de derrotarlos. Diecisiete años. Es decir, la lectura es muy grave", incide Aguilar.
El experto explica que detrás de esta "nueva estrategia", para alguien como Trump que opina "qué pinta" EEUU en Afganistán, "hay otras razones, que no son Al Qaeda, ni el Estado Islámico, ni el terrorismo. Pero son otras razones que ya existían en el año 2001 cuando se inició la invasión en Afganistán. Y esas otras razones son las que explican, por un lado la amenaza a Pakistán, y por otro el apoyo de China a este país".
Al respecto, Aguilar observa que "las razones políticas de consumo interno (de Trump) hacen injustificable que 17 años después, todavía sigan las tropas norteamericanas en Afganistán para, teóricamente, luchar contra unos desarrapados y una banda terrorista. No es excusa".
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Los motivos verdaderos son otros, según explica el también periodista.
"Aquí hay razones geopolíticas profundas, y otro tipo de razones más inconfesables. Las razones geopolíticas que ya sirvieron en el año 2001 para la invasión, era esa necesidad de un oleoducto y gasoducto que llevaría los recursos energéticos de Turkmenistán hasta Pakistán y el mar arábigo, pasando por Afganistán. Esto implicaba que si los talibanes no se avenían a razones, sería necesaria la intervención en el país".
"Geopolíticamente hablando, además, tener ocupado o controlado Afganistán, era también una forma de impedir a los entonces soviéticos, — hoy rusos —, y chinos fundamentalmente, el paso hacia los mares cálidos del sur. Y en la actualidad con mucha mayor gravedad todavía, la continuación de la 'Ruta de la Seda', que tiene que enganchar desde Asia Central, pasando por el norte de India y Pakistán, con Irán. ¿Qué está en medio? Afganistán. Esas razones geopolíticas son de tan importante peso como para que EEUU no quiera dejar su presencia en Afganistán", concluye Juan Aguilar.