Lo dijo tras reunirse con su homólogo ruso, Serguéi Lavrov, en Manila. Y en esa maraña confusa en su línea discursiva, y como si una cosa no estuviera relacionada con la otra dijo: "Estos son dos países muy grandes y debemos encontrar puntos en los que podamos trabajar juntos, vamos a trabajar juntos".
Pero por si por si acaso las líneas de los límites de las acciones de EEUU contra Rusia están difusas para Tillerson, o padezca una pérdida de visión que no le permite advertirlas, el senador ruso Alexéi Pushkov, lo apercibió a través de su cuenta de Twitter: "Tillerson informó que para el 1 de septiembre EEUU habría tomado medidas de respuesta a nuestras medidas de respuesta. EEUU no se va a calmar hasta que no logre una degradación total de las relaciones".
"El problema no es el de reducir o aumentar el personal de la representación diplomática (de EEUU en Rusia), sino la falta de confianza entre dos sistemas de poder. Todo se ve en el terreno donde se enmarca el tema de Siria, Corea, de la cumbre que van a hacer Irán, Turquía y Rusia. No es ese el problema entre Rusia y EEUU entre reducir o aumentar el personal (diplomático), es falta de confianza y de acordar un plan de trabajo".
Por otra parte, Tillerson señaló que la supuesta injerencia de Moscú en las elecciones estadounidenses creó "una grave desconfianza" entre los dos países.
A finales de julio, y días previos a que Trump firmara la ley de sanciones contra Rusia, e inmediatamente después de decidir que el número de funcionarios en las misiones diplomáticas de EEUU en Rusia, debía emparejarse con el número de esos funcionarios de la diplomacia rusa en EEUU, Vladímir Putin dijo: "Durante mucho tiempo estuvimos esperando que algo mejorara, que la situación cambiara, pero parece que incluso si algo cambia, no será pronto (…) Y decidí que nosotros tampoco íbamos a dejar nada sin respuesta".
En este sentido, Ezzedine afirma que "Putin siempre declara en el tiempo adecuado y con la frase justa".
Asimismo, el mandatario ruso denunció un intento de Washington de "influir en otros países, incluso sus socios, que están interesados en desarrollar y mantener relaciones con Rusia".
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El analista incide que entre Rusia y EEUU "hay una competencia entre dos sectores. Hay un sector que es la administración norteamericana, que es una especie de gangster, una especie de mafia organizada, en la que quieren tener a todo el mundo como esclavos. Y hay otra política paralela, que es más humanitaria, que es la de Rusia, China, Irán, América Latina, mirando de manera más humanitaria sobre las relaciones comerciales y de paz en esos países".
"¿La mafia de qué vive, los gangsters de qué viven? Viven de dominar a otros países, y EEUU cuando pierde un sector se vuelve loco y acusan a todo el mundo de todo: que no tienen democracia, que son dictadores. Cuando (Washington) ve que va a perder algún papel (respecto a otro país), se pone furioso y les declara la guerra", sentencia Adnan Ezzedine.