Según se desprende de las palabras de Serguéi Lavrov, la postura de la UE no comprende ningún diálogo. De lo que se trata es de intentar imponer al Kremlin una voluntad ajena, algo que no tendrá éxito, tal como dejó claro el diplomático, quien lamentó que Bruselas ni siquiera se plantee la búsqueda de compromisos.
Y es que las "élites occidentales" no ven en Rusia a un socio, sino a un "enemigo a batir", dijo a Radio Sputnik Adrián Zelaia, presidente de la consultora vasca EKAI Center.
De acuerdo al analista, ese odio se debe no sólo a que Rusia es un ejemplo de que una nación puede ser independiente, sino también a que el país eslavo se atreve, y con éxito, a "frenar las estrategias de Occidente, por ejemplo, en Oriente Medio".
La "fortaleza" mostrada por Rusia ante las sanciones occidentales y otros instrumentos de presión, hace que cada vez más personas, entre ellas ciudadanos comunitarios, "están mirando cada vez más hacia" el gigante euroasiático y lo consideren "un modelo alternativo".
Esta situación pone en peligro a las élites occidentales que buscan solucionar el problema mediante "un enfrentamiento con Rusia" para acabar con la propia existencia del país eslavo, concluyó Adrián Zelaia.