Para el periodista y analista internacional Juan Aguilar, "estamos ante un tema geopolítico muy importante y grave que no ha aparecido ahora con la nueva administración norteamericana: ya se venía arrastrando de años atrás con Obama".
"Hay razones históricas por las que China quiere ejercer su soberanía sobre ese mar, y el valor estratégico y comercial que tiene para EEUU, hace que éste intente impedir por todos los medios que al final sea un solo país, China, quien domine esas aguas."
"Con lo cual, las declaraciones de Spicer están dentro de la tónica habitual de la política norteamericana en la zona. Y aunque haya cambiado la administración, existen razones geoestratégicas de mucho peso como para que esto se mantenga, e incluso se agudice con el Gobierno de Donald Trump", señala el experto.
Y es que en el contexto de un nuevo inquilino en la Casa Blanca, Aguilar explica que "volvemos a repartir cartas, pero la partida es la misma que ya existía anteriormente. Y es una partida peligrosa porque es una zona de fractura geopolítica muy arriesgada que en un momento determinado puede acabar incluso en algún incidente armado porque están todos acumulando demasiadas fuerzas en la zona, y eso eleva mucho la tensión, eleva mucho los riesgos de que se produzcan esos incidentes".
Días pasados, China advirtió a Washington de que tendrá que "prepararse para un enfrentamiento militar" si el equipo diplomático de Trump sigue formando las futuras relaciones con Pekín de la forma en que se viene haciendo.
Para Juan Aguilar, "esto implica poner el listón muy alto. Es una forma de intentar decir 'o nos vamos poniendo de acuerdo, o usted me respeta, o efectivamente al final, acabaremos a tortazos'. China intenta decirle a EEUU 'oiga, usted aquí no tiene ni arte ni parte. Usted está a 9 mil kilómetros'", concluye el analista.