Al intervenir en un panel de discusión sobre el estado actual de las relaciones entre Rusia y España, organizado con motivo del 40 aniversario del restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre ambas naciones, Pedro Agramunt se mostró preocupado por la actuación de "algunos sectores" que "defienden volver a una segunda guerra fría", para lo cual están impidiendo el "diálogo" y promueven "sanciones".
De acuerdo a Agramunt, esta situación afecta a la seguridad de la Unión Europea (UE).
"Sin Rusia no se puede combatir el terrorismo, y, por tanto, tenemos que cooperar conjuntamente", indicó.
Por su parte, Emilio Lamo de Espinosa, presidente del Real Instituto Elcano, think-tank español de estudios internacionales y estratégicos, calificó como "absurdo" que no se coopere en temas como "la lucha contra el terrorismo" o "la no proliferación nuclear", entre otras materias.
De acuerdo al también catedrático de Sociología de la Universidad Complutense de Madrid, Rusia y la UE están "condenados" a entenderse "a pesar de las malas relaciones" que "están hoy en el nivel más bajo desde el final de la guerra fría". En este contexto, aseveró que "la dependencia de la UE de la energía rusa es enorme, no hay alternativa a corto plazo".
En relación a las contramedidas que tuvo que adoptar Rusia en respuesta a las sanciones occidentales, Emilio Lamo de Espinosa indicó que España resultó especialmente "perjudicada".
Por su parte, el profesor ruso Alexander Orlov, director del Instituto de Estudios Internacionales, se mostró convencido de que esta decisión de España se debió no tanto a los compromisos de Madrid, sino a una auténtica presión ejercida sobre el país ibérico.
"España no tenía nada en contra del atraque de aquellos buques. En realidad, ese país está interesado en que los navíos rusos hagan escalas en sus puertos, algo que le beneficia económicamente. Los puertos españoles siempre estaban abiertos a las embarcaciones rusas que, por ejemplo, muy a menudo llegaban al puerto de Algeciras. No tengo dudas de que en este caso España sufrió una fuertísima presión por parte de sus, digamos, aliados. De hecho, se trata de la pérdida de soberanía por parte de ese país", indicó Orlov.
El vicecanciller ruso Alexéi Meshkov se mostró mucho más duro en sus valoraciones de lo ocurrido.
"Los que presionaron a España son cómplices del Estado Islámico, son los que apoyan al terrorismo, ya que la flotilla rusa se dirigía a Siria para sumarse a los combates contra los extremistas", manifestó el diplomático.
Según Meshkov, al seguir las directrices antirrusas, España y los demás países comunitarios perjudican sus propios intereses. Muestra de ello es que la guerra de sanciones con Moscú costó a los ciudadanos comunitarios "al menos 400.000 puestos de trabajo", aseveró el vicecanciller, al agregar que "el intercambio comercial entre Rusia y la UE cayó de 437 mil millones de dólares a 237 mil millones, según los datos del año 2015".
