La postura inequívoca de China generó sorpresa en unos e ira en otros, entre ellos el embajador británico ante la ONU, Matthew Rycroft, quien acusó a Pekín de apoyar a "un déspota que mató a medio millón de sus ciudadanos", refiriéndose al presidente sirio, Bashar Asad.
En respuesta, el representante chino en Naciones Unidas le exigió a su colega del Reino Unido dejar de "envenenar" el ambiente en el Consejo de Seguridad y ofender a sus miembros.
Los expertos coindicen en que China está llevando una política cada vez más activa hacia Siria. En este contexto, cabe mencionar la reciente visita a Damasco de Xie Xiaoyan, representante especial del Gobierno del país asiático para la nación árabe, donde mantuvo conversaciones con las autoridades sirias y representantes de la oposición. Anteriormente, la capital siria fue sede de un encuentro entre representantes de los ministerios de Defensa de los dos países. El objetivo de esta última entrevista fue impulsar la cooperación militar entre ambas naciones.
Una de las principales causas del creciente acercamiento de China hacia Siria son los intereses comerciales, opina Guadi Calvo, especialista argentino en África, Oriente Medio y Asia Central. En esta línea, nuestro interlocutor recuerda cómo Pekín iba ganando "muy discretamente" terreno económico en África, donde hoy tiene posiciones muy fuertes.
"Creo que esto se está reproduciendo en Oriente Medio", indica el analista.
Asimismo, Pekín está preocupado por el hecho de que hay ciudadanos chinos que combaten en las filas del Estado Islámico, algo que amenaza a la seguridad de esa nación, subraya Guadi Calvo.