Esto se suma al naufragio del TPP, un proyecto de la actual administración de la Casa Blanca y uno de los grandes fracasos de Barack Obama, con una muerte anunciada por el electo presidente Donald Trump.
Para el analista militar Gustavo Morales Delgado nos recuerda que hace poco China y Filipinas mantuvieron un contencioso sobre la propiedad de las islas Spratly y Paracelso, que el Tribunal de la Haya resolvió a favor de Filipinas. Pero el reciente enfriamiento de las relaciones entre Filipinas y EEUU ha provocado que el presidente Duterte se alinee con Pekín y busque entablar una nueva alianza. Esto ha empujado a EEUU a congraciarse con Indonesia, Japón y Australia que en estos momentos están patrullando por ese mar que reclama China, para reivindicar lo que ellos llaman ‘la libertad de los mares’".
"China ve que el TPP que pretendía aislarla se viene abajo y se da cuenta de que puede comenzar una nueva política de desarrollo, o tener una serie de nuevos aliados y ganarse una zona de influencia, que amen de darle una homogeneidad en el entorno de su territorio, le daría también la posibilidad de reivindicar y quedarse ya plenamente con las islas Spratly y Paracelso, y otras artificiales que ha ido construyendo en el Mar de China Meridional", indica el analista.
Y añade que las islas en cuestión "le dan una buena posición estratégica por un lado, y por otro, le facilita el acceso a las bolsas de petróleo que hay en el mar".
EEUU está siendo un espectador de lujo, un testigo impotente ante las nuevas alianzas que se están tejiendo en Asia. Para EEUU, las aguas del Mar de la China Meridional son cada vez más turbulentas, un huracán para las pretensiones de un Barack Obama, quien cuanto más se acerca su alejamiento del poder, suma cada día más derrotas.