En realidad, sostuvo nuestro interlocutor, el mercado europeo será invadido por mercancías producidas "con menores estándares laborales, sanitarios y de seguridad". Algo que significa que "los pequeños empresarios van a tener que hacer frente a una competencia acrecentada".
También está amenazada la soberanía de los países comunitarios, y es que "los grandes actores económicos, empresariales y corporativos" no cesan en sus intentos de conseguir que la UE adopte los mecanismos que les permita "demandar a los Estados" en caso de que consideren afectados sus intereses.
Otra preocupación del analista tiene que ver con el hecho de que Canadá forma parte del NAFTA, zona de libre comercio compuesta por EEUU, Canadá y México. De modo que Washington puede intentar aprovechar el CETA para conseguir lo que ansía promoviendo el TTIP.