Tras un fin de semana en que sesionó el Consejo de Seguridad de la ONU, Hollande disparó: "Me pregunto si esta reunión será útil y si es necesaria, si se podrá ejercer presión, si podremos conseguir que él (Putin) deje de hacer lo que está haciendo junto con el régimen sirio, es decir apoyar a la aviación del régimen (sirio) que está bombardeando a los habitantes de Alepo".
A Francia le pareció insuficiente esta salida de tono: el ministro de Relaciones Exteriores galo, Jean-Marc Ayrault anunció que su país pedirá al fiscal de la Corte Penal Internacional (CPI) que abra una investigación sobre los crímenes de guerra que a su juicio han cometido las fuerzas sirias y rusas en sectores de la ciudad de Alepo.
Ante este escenario, Vladímir Putin decidió aplazar de forma indefinida su vista a París. Así lo anunció a la prensa el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov:
“El presidente tomó la decisión de cancelar esta visita; el asunto radica en que estaban previstas algunas actividades relacionadas con la apertura del centro cultural y espiritual ruso, la realización de una de las exposiciones, y lamentablemente esas actividades fueron sacadas del programa”.
El corresponsal de Radio Sputnik en Francia, Luis Rivas, indica que François Hollande ha decidido recrear una pequeña Guerra Fría con Rusia, al provocar la cancelación de la visita del presidente Vladímir Putin.
Así, Hollande está siguiendo la línea ofensiva de EEUU hacia Rusia al ver que la situación que se está viviendo en la ciudad siria de Alepo no se ajusta a sus intereses.
Luis Rivas saca una conclusión clara: “es la segunda vez que Francia daña las relaciones con Rusia, después de la cancelación de la venta de los portahelicópteros Mistral a Moscú”. Una política que la mayoría de los líderes políticos galos, ni entiende, ni está de acuerdo, apostilla nuestro corresponsal.