Así, convirtió a esa región de Afganistán en la mayor productora de opio, superando a estados como Myanmar. Morales Delgado señala que ninguno de los dos Gobiernos con los que cuenta actualmente Libia, los parlamentos de Trípoli y Tobruk, son capaces de controlar a las milicias integristas islámicas que se mueven en el país, y que la entrada de EEUU y Reino Unido en un avispero con una misión sin objetivos claros, no son de recibo.
El también asesor en conflictos internacionales indica que el mayor número de muertes en Oriente Medio no pertenecen a las tropas occidentales, sino a las propias poblaciones musulmanas, víctimas tanto del terrorismo de las fuerzas aliadas, como el de las fuerzas integristas islámicas. De esta manera, el sufrimiento de la población se incrementa sin que tengan nada a cambio.
Gustavo Morales Delgado menciona el ejemplo de Irak: "yo estuve en una Irak en la que encendías la luz y abrías el grifo y salía agua. Había una dictadura evidentemente. Pero ahora que no hay una dictadura, no sale agua ni hay luz".