A pesar de que Donald Trump sigue sosteniendo que hubo fraude, tanto los medios como los conteos preliminares afirman que el demócrata Joe Biden será el cuadragésimo sexto presidente estadounidense. Si se confirma por las autoridades electorales, el 20 de enero de 2021 asumirá el cargo y con él la responsabilidad de sacar al país de la crisis en la que lo dejó inmerso la pandemia del COVID-19.
"Lo primero que creo que va a hacer es una diferencia es en el tema fiscal. Trump apuntó principalmente a los grandes capitales, por lo cual redujo el impuesto a las sociedades al 21%, a diferencia del 35% que pagaban con Obama. Biden propone elevar ese impuesto al 28%, dijo a Sputnik el economista Federico Glustein.
De acuerdo con el experto de la economía del país norteamericano, a esto se sumará un cambio en el impuesto a las herencias. En la actualidad, este solo es pagado por los herederos de fortunas superiores a 11,4 millones de dólares e implica una carga de 3%. Con la reforma, este aumentaría para las grandes fortunas y progresivamente también afectaría a sucesiones menos cuantiosas, aunque con una carga menor.
"Es un plan para recaudar, en 10 años, tres billones de dólares. El déficit de EEUU para el 2020 va a rondar los 3,3 billones de dólares. Biden tiene planeado volver a realizar una emisión de déficit de 2,2 billones para poder afrontar la pandemia", agregó.
Otro de los aspectos en los que habrá cambios será en el empleo y en particular en los salarios. Estos pasarán de los 7 a 8 dólares por hora que tienen la mayoría de los Estados, hasta los 15 dólares. Tal aumento será contrario a lo realizado por Trump durante toda su gestión, en la que ha sostenido que parte de la producción migró hacia países asiáticos debido a los altos costos laborales en Norteamérica.
Una de las grandes luchas es recuperar el empleo en blanco, sindicalizado, con un buen salario que le permita consumir a la gente", añadió.
Los incentivos a la mediana y pequeña empresa también forman parte de los objetivos del demócrata. Asimismo, la reforma hacia una economía amigable con el medio ambiente, centrada en la sustitución de las energías de origen fósil, será la otra gran apuesta.
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