Cuando el mundo del trabajo se acostumbró a los 'millenials', quienes actualmente son más del 50% de los asalariados del mundo, llegaron los 'centennials' a cambiarlo todo. Los primeros —nacidos entre 1981 y 1994—, tienen actualmente entre 38 y 25 años de edad y cuando comenzaron su vida laboral bajaron el promedio de años en una misma empresa considerablemente, a un promedio de cinco años.
Sin embargo los 'centennials' disminuyeron más ese promedio hasta llevarlo a un número inaudito. De acuerdo a las estimaciones, los nacidos después de 1995 —los mayores tienen 24 años— se quedan en la misma compañía por unos ocho meses.
"Si pensamos en nuestros abuelos, ellos entraban a trabajar a una empresa a los 18 o 20 años y se mantenían allí toda su vida. Era clásico ver, hasta en las películas, como cuando alguien se retiraba a sus 65 años era toda una fiesta en la compañía. La Generación X (1961–1981), posterior a ellos, tiene un promedio de trabajo de 8 a 10 años y va bajando. Los 'millennials' se quedan alrededor de 5 años y los 'centennials' por debajo del año", explicó a Sputnik Sebastián Siseles.
"[Ellos] van cambiando de proyecto según su interés, su lugar y obviamente tratando de trabajar a distancia. Esto es lo más disruptivo frente al método tradicional. Ahora se está trabajando muchísimo desde espacios remotos, desde las casas y mientras viajan. ¿Cuál es el gran desafío? La adaptabilidad de las empresas, de las gerencias de otras generaciones, a esta nueva forma de empleo", agregó.
Los problemas que pueden generarse bajo este modelo son varios. Entre los más probables destacan la explotación de los trabajadores, que con metas de proyectos a cumplir, pueden llegar a extender sus jornadas laborales de forma insalubre. O el aumento de gastos en insumos que eventualmente podría dejar de cobrarse a la empresa y se volverían responsabilidad del empleado, entre otras. Pero también hay ventajas para ambas partes del mercado.
"Para las empresas es un ahorro significativo de costos, no porque paguen menos, sino porque el espacio que tienen que alquilar para que entre gente, con todos los insumos, es un costo enorme. A su vez esos costos que se están ahorrando pueden mejorar la productividad o mejorar los salarios", explicó Siseles.
"Y del lado de los trabajadores, pensá en una persona que tiene que ir todos los días desde su casa a la oficina, si es que no vive cerca. Lo que ahorra en tiempo lo gana en calidad de vida", agregó.