La medida sorprendió por la falta de diplomacia expuesta en los altos gravámenes — 25% para el acero y 10% para el aluminio-, pero también porque la Unión Europea (UE) por un lado y México y Canadá por el otro, se encontraban en negociaciones con Estados Unidos.
México y Canadá pretendían negociar estos puntos en el marco de la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), pero de acuerdo a las autoridades comerciales del Gobierno de Trump, el proceso está tomando demasiado tiempo.
¿La solución estadounidense? Echarle más leña al fuego e imponer los gravámenes, lo que le ha merecido acciones recíprocas y denuncias del bloque y de sus vecinos norteamericanos en la Organización Mundial de Comercio (OMC).
Miguel Ponce, ex Subsecretario de Industria y Comercio de Argentina y actual director del Centro para el Comercio Exterior del Siglo XXI, es escéptico sobre lo que pueda hacer la OMC.
"La OMC está viviendo en carne propia la imposibilidad de desarrollar su accionar de la manera en que se pensó cuando se supuso que la globalización era el camino por el que todos avanzaban", analizó en diálogo con Sputnik.
México por su parte anunció tarifas a la carne de cerdo y las uvas que vienen de Estados Unidos. Canadá implementará desde el 1 de julio impuestos adicionales al comercio por valor de hasta 16.600 millones de dólares canadienses (12.800 millones de dólares estadounidenses) y no los eliminará hasta que su vecino de vuelta atrás con sus medidas.