"El comercio dice, tú me tienes que pagar quinientos pesos, entonces te muestro un código QR que es generado únicamente para esa transacción, únicamente para ti, por ese monto y para ser utilizado por única vez. Luego lo escaneas y concretas el pago", explicó en diálogo con Sputnik Gustavo Azambuja, líder del equipo de innovación e investigación de la empresa Overactive.
"Si el usuario valida la transacción, elige de dónde quiere debitar: si de una tarjeta de crédito o de una cuenta bancaria. Pero ese código que el usuario escaneó es solamente válido una vez y no puede volver a reproducirse".
Esta creación aleatoria de códigos los hace irremplazables e impide o dificulta los robos, uno de problemas más importantes que se observó tras su puesta en práctica. Según el experto, lo que sucedía cuando surgió esta práctica, era que los comerciantes imprimían los códigos y los exhibían. Al ser estáticos, facilitaban el reemplazo por nuevos códigos que dirigían el pago a la cuenta de un tercero.
"Venían personas mal intencionadas y reemplazaban el código que mostraban en el cartel por un código propio y cuando el usuario lo escaneaba para darle el dinero al comercio, en lugar de ir a la cuenta bancaria del comercio, iba a la cuenta bancaria del ladrón", explicó.
