Los armadillos son una familia de mamíferos placentarios que se caracterizan por tener caparazón dorsal, cola larga y extremidades cortas. Reciben diferentes nombres según el país: quirquincho, cusuco, mulita, tatú, entre otros. Los pichiciegos son considerados los armadillos más pequeños del mundo —miden apenas 10 centímetros— y se caracterizan por tener una coraza rosa cubierta de pelo blanco.
No hay demasiados datos sobre estos animales ni sobre su origen, de ahí la importancia de haber hallado al primer fósil del género y de la especie, con el nombre de Chlamyphractus dimartinoi, en una investigación publicada en el Journal of Vertebrate Paleontology.
Los restos tienen alrededor de 10 millones de años de antigüedad y fueron hallados en la provincia de Buenos Aires en la década del 70. Pero permanecieron en la colección del Museo de Ciencias Naturales "Vicente Di Martino", en Monte Hermoso. Recién en 2019 los paleontólogos lograron determinar a qué especie pertenecían.
"Tenemos dos mandíbulas, parte de la coraza dorsal, un brazo derecho y una estructura única de estos armadillos que es una especie de escudo posterior en posición vertical. Estos animalitos la utilizan para compactar la tierra tras de sí cuando cavan sus galerías subterráneas lo que les ayuda a que la galería no colapse y se les caiga encima", añadió Barasoain.
"El fósil encontrado sería como una transición entre un armadillo común, más terrestre, y un pichiciego. Hallamos una forma que estaba a medio camino de adaptarse al medio subterráneo. Esto nos permite estudiar cómo ha sido el cambio a lo largo de los millones de años en las estructuras de este animal", concluyó el paleontólogo.