La investigación fue desarrollada por el Instituto Pasteur de Montevideo y el Instituto de Neurociencias de la Universidad Autónoma de Barcelona.
"El sistema nervioso central, tanto el cerebro como la médula espinal, está recubierto de hueso, y en esa zona no se puede dar una inflamación, porque la inflamación crónica hace que haya más muertes neuronales y aumente el tejido dañado", explicó a Sputnik Natalia Lago, autora del estudio.
El hallazgo fue publicado en la revista científica Brain, Behavior and Immunity, y si bien recién se probó en ratones, podría constituirse como nueva diana terapéutica para estas lesiones junto con otras estrategias que también buscan reducir las lesiones secundarias.
"Tiene que haber una terapia que al haber detenido las muertes de neuronas, aumente la plasticidad de aquellas vías que no fueron dañadas. También hay otras terapias súper interesantes como las de trasplantes de células madres, incluso la estimulación eléctrica, la robótica", señaló la científica.
Ahora el enfoque del trabajo del equipo uruguayo — catalán está en mejorar los tiempos óptimos del tratamiento y las vías de administración para mejorar su efectividad, y en un futuro demostrar si ayuda en animales mayores y en seres humanos.